jueves, 14 de agosto de 2008

Día 408; Ahí siguen

La historia de nunca acabar continua haciendo honor a su nombre. El martes pasamos a la fase de intentar dormir en la habitación y duramos como media hora antes de ver entre 4 o 5 bichos en la cama así que salimos despavoridos de nuevo al salón.

A la mañana siguiente la solución que nos dan en la empresa es que alguien tiene que dormir en la habitación para hacer salir a los bichos y que mueran por el producto. Osea que necesitan cebo vivo. Ante semejante proposición (indecente) hemos tomado la decisión de irnos del piso. Hemos estado buscando, que por cierto ahora es muy fácil y ya tenemos uno apalabrado y otro que vamos a mirar esta tarde. Los dos son en el mismo bloque a 10 minutos de donde estamos ahora, son muy nuevos y con grandes comodidades como nevera tamaño español, gran depósito de agua caliente, baño dentro de la habitación, lavavajillas... Un poquito mas caro lógicamente pero merece la pena.

Le hemos comunicado a la landlady la decisión y no se lo ha tomado muy mal, pero insiste que hay que solucionar el problema, le hemos dicho que vale, pero que nos vamos igualmente. Como nosotros pasamos de dormir ahí, nos ha dicho que va a venir su hijo para pasar algunas noches en la habitación y hacer de cebo. Por otra parte estamos pendientes de recuperar la fianza y necesitamos una carta de referencia para el nuevo piso.

Así que como lo del hijo es una complicación, la señora no puede hacer más por su parte y no queremos irnos de malas, me he ofrecido a ser yo mismo el cebo vivo. Ya he estado antes en la habitación tentando a las chinches y esta noche y pasaremos una noche de lujuria y desenfreno las chinches y yo, sobretodo ellas, no puede decir la casera que no me dejo la sangre en resolver esto. Tamarita se quedará en el salón. Esperamos así que se solucione el problema en los próximos 15 días y poder buscar nuevos inquilinos, ya con el problema resuelto.

Se supone que las chinches saldrán de sus escondites y las que no mate yo, morirán por el producto que está por todas partes, cuando me despierte echaré todo a la lavar, me daré una ducha y me rascaré las picaduras. Total alguien lo tiene que hacer y todo parece indicar que fuimos nosotros quien las trajimos.

Seguiremos informando, voy a avisar a las chinches que se pongan guapas para esta noche...

PD: Realmente lo hago porque me niego a que un irlandés rico sea más machito que yo...

2 comentarios:

Rolex dijo...

Si dijera lo que pienso media familia dejaria de hablarme! Bueno... es exagerado, claro! Pero ni la décima parte de vuestra historia. Lo que hace falta no es alguien que elimine a las chinches (realmente existen? Delirium tremens?), lo que hace falta es un siquiatra ya!

Miguel dijo...

Ya hemos confirmado el nuevo pisito, mañana pagamos la fianza y nos mudamos el 1 de Septiembre. Merece mucho l apena y la verdad es que no estabamos por la labor de mudarnos, pero no hay mal que por bien no venga y ha sido el empujoncito que necesitabamos.

Por otra parte hemos descubierto que el hijo de la casera venía a dormir pero le tenía que pagar. Jajaja, no hay nada que el dinero no pueda pagar. Lo raro es que cuando le he dicho que lo hacía yo no nombró nada de pagarme... pues va a ser que no.