Día 417; Excursión a los acantilados de Moher

Casi siempre que hacemos algún viaje o excursión se me pierde algo; una PSP, un vuelo, una camiseta recién comprada... Pero esta vez he perdido lo último que pensaba que podía perder, y menos en un excursión de un sólo día. Sí, ayer perdí mis calzoncillos... Pero empecemos por el principio.

Salimos de Dublín muy prontito y nos fuimos directos Limerick, es una ciudad bonita, aunque nada del otro mundo. Hay un castillo pequeño con una muralla, pero le han puesto un edificio moderno dentro y se lo han cargado y con él mis fotos, pero bueno, ahí está. Nos contó el guía que la llaman la ciudad de los navajazos...

De Limerick ya nos fuimos directos a los acantilados, que son impresionantes. Incluso allí es difícil hacerse una idea de la dimensión real de esos monstruos, aún más difícil viendo las fotos, pero hay un par de fotos que os permitirán haceros una idea.

Cada año mueren unas 8 personas, entre los que se caen accidentalmente y los que se suicidan. Es sorprendente que esa cifra sea anual y no semanal, porque es increíble la poca concepción del miedo que tiene la gente, como se asoman al acantilado, como se acercan al límite para hacerse una foto, incluso de espaldas!! Realmente si no eres un idiota temerario es imposible caerse, hay un perimetro muy bien protegido y resguardado de posibles desprendimientos, pero hay un camino de tierra en el perfil del acantilado donde NO se puede pasar, pero ya veréis que pasa hasta el tato.

La siguiente parada fue es una zona que había sido fondo marino pero que había emergido por un movimiento sísmico. Es tierra muerta y casi todo de roca, bastante bonito aunque muy intransitable. Paredcido a la luna.

Esa era la última parada, pero de camino de vuelta pasamos por delante de una playa muy chula y con mucha gente y el conductor ofreció una parada extra a cambio de llegar más tarde a Dublín; y como a nadie le importó, allá que fuimos todos. El conductor muy preparado, se sacó de la chistera un bañador y una toalla. El día era muy bueno aunque había mucho viento.

Y todo eso me llevó a hacer dos cosas que no había hecho nunca, una bañarme en el mar en Irlanda (en calzoncillos) y posteriormente ir con vaqueros sin calzoncillos. Los guardé en una bolsa de papel que llevaba y me sequé como pude.

Cuando llegamos a Dublin, los calzoncillos mojados habían roto la bolsa de papel, y se había caído dentro del autobús, pero de eso no me di cuenta hasta que el autobús se alejaba en la lejanía. Pido perdón públicamente a quien le toque limpiar el bus...

LAS FOTOS