Día 122; Los checos

Primero os voy a contar porque considero que se han portado bastante mal los checos con nosotros, especialmente el que iba de jefecillo.

Ese era uno de los principales problemas, tenía el contrato de la casa a su nombre y era él quien realquilaba las habitaciones (ilegal en Irlanda), de tal forma que decía que la responsabilidad era suya y era quien ponía las normas de la casa, a su gusto y a su conveniencia, tomando las veces de casero cuando le convenía y de un inquilino más, cuando no.

Así por ejemplo si llega una factura de la linea telefónica de antes de llegar a la casa, hay que pagarla entre todos, pero si hay que poner Internet no consulta sobre que contratar, ni siquiera comparte la clave, es él quien la escribe en el pc.

Sabíamos que cogían cosas nuestras de la cocina, pero el colmo fue cuando comenzaron a abrir cosas que estaban cerradas, le dimos un toque y le sentó fatal al muchacho, incluso nos reprochó que durmiera Juanito, cuando ellos habían traído gente a dormir a casa sin previo aviso. Ellos podían hacer lo que quisieran pero nosotros debíamos pedir permiso.

Pero el colmo vino a la hora de irnos, a pesar de haber avisado con un mes de antelación y de decir que nos íbamos a España por la operación de un familiar, sólo accedieron a devolvernos la mitad de la fianza, a parte nos hicieron pagar las últimas facturas y la estimación de la parte proporcional de las siguientes. Contando con que nos hizo quedarnos en casa un finde para enseñar el piso y que la habitación ya la tenía alquilada cuando nos fuimos... ¿Para qué quería la fianza? Pues pura usura. Además le tuvimos que pagar el último mes entero aunque quedó en devolvernos la mitad, porque sólo nos quedaban 15 días, así que pasamos medio mes que nos debían casi 700 euros y no podíamos liarla porque tendríamos problemas. Y es cuando más momentos de tensión hubo, especialmente cuando me viene a recriminar que me duche después de las 23:00 y él se ducha a las 23:30.

En fin, después de esto veréis que muy poco hicimos, y más con todas las ideas que se me ocurrieron. No dejamos la habitación muy limpia, lo justo para que un checo borracho la revisara, nos llevamos sus bombillas de repuesto, alguna herramienta, la manopla del horno, los vasos de Guinness, y todo lo nuestro, sin excepción. Y les dejamos un desfalco en la conexión a Internet ya que había un límite de descarga y las dos últimas noches nos descargamos una serie de 37 capítulos. Bastante poca cosa la verdad.

Ah y se me olvidaba, ahora ha alquilado la habitación por 100 euros menos de lo que nos cobraba a nosotros...